La llamada
Miré el reloj y vi que faltaban tan solo unos minutos. Por más que lo miraba el tiempo no pasaba. La última hora había sido eterna. Los segundos caían uno a uno, lentamente...
Volví la vista de nuevo hacia el reloj y conté mentalmente los últimos segundos. Diez, nueve, ocho... por fin son las diez!
Mi mirada entonces se volvió hacia el teléfono pero este no sonaba. Lo descolgué y comprobé que tenía línea. Me di una vuelta por la habitación intentando que el tiempo pasara un poco. Pasaron cinco minutos pero el teléfono no sonaba.
De repente lo hizo y el corazón se aceleró. Corrí hacia él y lo descolgué esperando escuchar su voz al otro lado, pero lo único que oí fue una voz extraña que me preguntaba por nosequién. No, aquí no es... No importa... Buenas noches...
De nuevo la espera, el tiempo que no pasa y... el teléfono vuelve a sonar. Tiene que ser ella, está vez sí.
Al poner el auricular en la oreja su sonido inundó mi cerebro hasta activar todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo... Era ella!